jueves, 14 de julio de 2022

Ars poetica I

 


               Arte poética
                                                 
                                                              Vicente Huidobro

Que el verso sea como una llave
que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
cuanto miren los ojos creado sea,
y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
el adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El m
úsculo cuelga,
como recuerdo, en los museos;
mas no por eso tenemos menos fuerza:
el vigor verdadero reside en la cabeza.

Por qué cant
áis a la rosa, ¡oh Poetas!
hacedla florecer en el poema;
s
ólo para nosotros
viven todas las cosas bajo el Sol.

El poeta es un peque
ño Dios.


               Poética

                                                                             Manuel Bandeira

Estoy harto del lirismo comedido
Del lirismo bien educado
Del lirismo funcionario p
úblico con cuaderno de notas expediente protocolo
[y palabras de aprecio al Sr. Director.
Estoy harto del lirismo que se detiene y va a averiguar en el diccionario
[el car
ácter vernáculo de un vocablo.
Abajo los puristas.
Todas las palabras, sobre todo los barbarismos universales.
Todas las construcciones, sobre todo las sintaxis de excepci
ón.
Todos los ritmos, sobre todo los innumerables.
Estoy harto del lirismo galanteador,
Pol
ítico,
Raqu
ítico,
Sifil
ítico.
De todo el lirismo que capitula ante cualquier cosa que le sea ajena.
Por lo dem
ás no es lirismo.
Ser
á contabilidad, tabla de cosenos, secretario del amante ejemplar con cien
[modelos de cartas y las diferentes maneras de agradar a las mujeres, etc.
Mejor quiero el lirismo de los locos.
El lirismo de los borrachos.
El lirismo dif
ícil y pungente de los borrachos.
El lirismo de los borrachos de Shakespeare.
No quiero saber nada del lirismo que no es liberación.
                                     
                   Libertinaje, 1930. Traducción de Ángel Crespo.


           El último poema

                                                                      Manuel Bandeira


Así querría yo mi último poema:
que fuese tierno diciendo las cosas m
ás sencillas y menos intencionales,
que fuese ardiente como un sollozo sin l
ágrimas,
que tuviese la belleza de las flores casi sin perfume,
la pureza de la llama en que se consumen los diamantes m
ás límpidos,
la pasi
ón de los suicidas que se matan sin explicación.
                       
                    Libertinaje, 1930. Traducción de José María Valverde.


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